Apuntes de "El talento de Mr. Ripley"


Patricia Highsmith y su época


Patricia Highsmith nació en Tejas, Estados Unidos, en 1921, poco después de que sus padres artistas se divorciaran. Durante su infancia residió en Nueva York, donde mantuvo una relación problemática tanto con su madre como con su padrastro. Su abuela le enseñó a leer a una edad muy temprana, a raíz de lo cual Patricia desarrolló una intensa pasión por la lectura. Destaca que con ocho años leyó obras sobre desórdenes mentales. Tras graduarse en estudios literarios, vivió entre México y Nueva York ganándose la vida escribiendo para una editorial de libros de humor. A raíz del éxito de la adaptación por parte de Alfred Hitchcock de su novela Extraños en un tren, Patricia pudo vivir exclusivamente de su actividad como escritora de narrativa. En los años sesenta se trasladó a Europa y vivió en Inglaterra, Francia y Suiza. Su vida sentimental resultó bastante conflictiva. Su homosexualidad, en una época donde el lesbianismo no estaba aceptado, y su carácter huraño acentuado por el alcoholismo, dificultaban el trato con la autora, a la que se tachó de misántropa de una manera tal vez algo exagerada. No obstante, sus conocidos la alababan como una conversadora amena e ingeniosa. Murió en Suiza a los setenta y cuatro años.
La obra de Patricia Highsmith se desarrolló principalmente durante la época posterior a la Segunda Guerra Mundial. Patricia parte del modelo de las novelas policíacas y de intriga, aunque sin ajustarse por completo a las convenciones de las mismas. Por ejemplo, su personaje más célebre, Mr. Ripley, presenta una profundidad de carácter mucho más rica y matizada de lo habitual en el género en cuestión.
La narrativa estadounidense disfruta su época de máximo esplendor durante los años en que Patricia Highsmith lleva a cabo su obra. Estados Unidos no sólo se erige en la potencia hegemónica en el mundo en antagonismo con la Unión Soviética, sino que su literatura, especialmente su novelística, ejerce una enorme influencia en escritores de todo el planeta.
Entre los narradores norteamericanos contemporáneos a la obra de Patricia Highsmith, destacan los de origen sureño como William Faulkner con su renovación de las técnicas narrativas, o Truman Capote y Flannery O'connor, que junto a Highsmith siguió la senda de la narrativa escrita por mujeres cuya máxime representante había sido la inglesa Virginia Wolf. Probablemente, los autores que ejercieron una mayor influencia en Patricia Highsmith fueran los máximos representantes estadounidenses de la literatura de detectives, Dashiel Hammett y Raymond Chandler (encargado del guión para la versión cinematográfica de Extraños en un tren). Su estilo económico enlaza con Guy de Maupassant y, en algunas de sus obras, con el estilo casi periodístico de Heminghway.
La maldad y la ambición que caracteriza a los personajes de Highsmith enlaza con los sangrientos conflictos que asolaron el mundo durante la vida de la autora (Segunda Guerra Mundial, conflictos durante la descolonización de los imperios europeos, Guerra Fría). También refleja llevada hasta el extremo la mentalidad individualista de una sociedad que pasa del capitalismo industrial al capitalismo financiero.



El talento de Mr. Ripley y la obra de Patricia Highsmith



El talento de Mr. Ripley es una novela que aúna características del género negro y del thriller psicológico. La trama se basa en la intriga que se plantea a partir de la actitud cínica y maquiavélica, por no decir directamente psicópata, por parte del protagonista, que miente, suplanta identidades e incluso asesina cuando cree que conviene a sus intereses. Tal vez el rasgo que otorga a esta obra (y también a sus cinco secuelas) un mayor atractivo resida en el retrato poco moralista de una persona sin la menor empatía hacia los demás y para la cual causar daño a otra persona no es ningún obstáculo a la hora de satisfacer sus ambiciones egoístas. También supone una novedad que el perverso protagonista no reciba castigo alguno y además termine enriqueciéndose con sus crímenes. La trama presenta a Tom Ripley, un joven estadounidense que acude a Italia por encargo de un millonario para tratar de covencer al hijo de éste de que abandone su vida bohemia. Tom intima con Dickie, el hijo del millonario, y termina asesinándolo para suplantar su identidad y proseguir con el lujoso tren de vida con el que se había acostumbrado en su compañía. Tras escapar a la persecución a la que lo somete la policía, Tom termina heredando los bienes de Dickie gracias a un testamento que él mismo falsificó. La historia concluye de manera ambigüa, pues aunque Tom triunfa en sus ambiciones y no es castigado por sus crímenes, se deja caer la idea de que ha caído en una inercia paranoide de la que no podrá escapar.
Las novelas de Highsmith se inscriben en el género negro pero no de una manera estricta, ya que desarrollan retratos psicológicos con una profundidad poco frecuente en el género. La maldad es un tema central que recorre toda la obra de la autora, donde abundan antihéroes con actitudes antisociales e incluso psicopáticas, en los que se aprecia la influencia existencialista de Dostoevsky y Kafka. Destaca la gran elaboración de la trama de sus historias. De hecho, escribió Plotting and Writing Suspense Ficition, un manual donde explica cómo crear suspense al idear una novela.
El éxito de El talento de Mr. Ripley dio pie a cinco secuelas con el mismo protagonista. Anteriormente, Patricia Highsmith había publicado Extraños en un tren y El precio de la sal (esta obra se difundió bajo pseudónimo para ocultar su lesbianismo). Con posterioridad a El talento de Mr. Ripley, Patricia publicó dieciocho novelas más, de entre las que destacan El Diario de Edith o Small g: un idilio de verano.
En cuanto a su narrativa breve, escribió ocho volúmenes de relatos cortos como Catástrofes y Los cadáveres exquisitos.